
La ciudadanía venía de la vorágine
de haber hecho irse a cinco presidentes con la movilización,
además de la indignación de haber sido víctimas
de una de las más terribles masacres perpetuadas a la población
durante un gobierno democrático, "las históricas
jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001". Estas históricas
jornadas parieron a las asambleas, confrontando en conjunto y en las
calles, y es con un profundo espíritu unitario que las asambleas
encaran la marcha del 20 de diciembre.
 |
Teniendo en cuenta el ámbito
geográfico, el 41% de las asambleas barriales permanentes
(112) están en la Capital Federal, distrito que con sólo
uno de cada 10 habitantes del país, tiene 4 de cada 10 asambleas.
Se trata de un fenómeno de protesta y participación
social, que se inicia fundamentalmente entre los porteños,
y, sobre todo en los barrios donde hay clase media. Entre enero
y febrero se fue extendiendo al resto del país. Es así
como en la Provincia de |
Buenos Aires está funcionando el
39% del total de las asambleas barriales permanentes del país
(105) -casi tantas como en la Capital- en Santa Fe el 14% (37), Córdoba
el 4% (11), en Entre Ríos y Río Negro el 1% (2 en cada
caso) y en Neuquén, La Pampa y San Juan una en cada distrito.
En el resto de las provincias -que en general tienen un ingreso per
cápita mucho menor y porcentajes mucho más bajos de sectores
medios-, no se han organizado este tipo de asambleas.
Las Asambleas Populares o Barriales evidencian con su existencia misma
una crisis de la "democracia representativa" cada vez más
pobre en lo que a democracia se refiere. El hecho de que los vecinos
se junten en las esquinas a discutir sobre las cosas del barrio y de
la República misma nos da una magnitud justa. En las Asambleas
se manejan a través de la discusión libre entre sus integrantes
y la democracia directa. En sus reuniones se discute y se vota a mano
alzada las resoluciones. Por otra parte, es una muestra de la enorme
politización de las Clases Medias y de cómo se han pasado
de conjunto hacia la oposición al gobierno que habían
votado (el Gobierno de De La Rúa).

El movimiento asambleario ve necesaria
la articulación con el resto del país y con otros sectores
en lucha, considera de fundamental importancia levantar no solo las
cuestiones reivindicativas sino profundizar la discusión política,
para la construcción de poder popular. Es así que se da
un entrelazamiento territorial entre las Asambleas Populares, las organizaciones
de trabajadores desocupados y de las Fábricas Ocupadas u obreros
en lucha (como el caso de Telefónica por dar un ejemplo).
Se empiezan a generar acciones de distinto tipo ya sea en el ámbito
barrial propiamente dicho (escraches a supermercados, telefónicas,
publicación de sus revistas etcétera), y en lo global
donde aparece la necesidad de encontrar un espacio de coordinación
de las distintas actividades, surge así la Interbarrial de Parque
Centenario, desde donde se organizan en conjunto con distintos sectores
en lucha, históricas movilizaciones como aquella del 1 de Mayo,
entre otras.
En esos momentos nacen también en Parque Centenario la Intersalud
de las asambleas barriales que en conjunto con distintos sectores de
la salud redactan su propio programa de 30 puntos en defensa de la salud
publica, la comisión de las privatizadas en contra de los tarifazos,
donde se empieza a discutir la necesidad de la reestatizacion de las
empresas privatizadas bajo control de los trabajadores y virtualmente
las asambleas se presentan en todos lados donde se presentaron conflictos,
uniéndose a la lucha de los sectores más postergados de
la población, nace naturalmente la consigna "Piquetes y
cacerolas la lucha es una sola".
Las asambleas empiezan también a recuperar espacios y a disputar
poder con los CGP de los barrios. Desde distintos sectores existió
y existe la intencionalidad de desarticular al movimiento asambleario,
y evitar que las asambleas se organicen y se unan. Prácticamente
en todas las asambleas se profundiza la discusión política
y las asambleas se empiezan a partir entre aquellas que solo pretenden
convertir la lucha en cuestiones meramente barriales y aquellas que
sin abandonar las actividades barriales deciden también continuar
con la lucha en lo global.
Existe un reflujo en este movimiento que es fuertemente sacudido con
los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki
en el puente Pueyrredón a manos de la policía de Duhalde,
masivamente las asambleas ganan las calles y durante la tarde del 26
de junio y el 27 de junio nuevamente la movilización popular
le hace frente a este gobierno que la única respuesta que da
es más represión.
Es cierto, el movimiento asambleario es muy nuevo y son muchas las cosas
que todavía hay para aprender, pero no hay duda de que tienen
que convertirse en uno de los movimientos que aporten a la unidad de
lo social y lo político, para la construcción de un bloque
popular que nos permita terminar con este régimen de opresión
y construir la nueva sociedad.